La erótica del conocimiento

Hay una sensualidad en el libro como objeto. Desde niña te gusta abrir un libro nuevo, oler la tinta de sus páginas. Cada libro, además, tiene su olor propio, ninguno huele igual a otro, como la piel viva, transmite sensaciones. Los libros nuevos, su olor, te retrotraen a la infancia, al otoño de comienzo de curso. Un libro cerrado es siempre víspera de conocimiento, de emociones intensas. Abrirlos es poner los brazos, las piernas, en cruz, el ser presto para el abrazo y la entrega.

miércoles, 3 de junio de 2009

La vida en común

Desde su nacimiento, el ser humano busca la mirada del otro. La mirada del padre o de la madre es el primer espejo en el cual el niño se "ve". Este momento decisivo marca el nacimiento simultáneo de su conciencia del otro (aquél que debe mirarlo) y de sí mismo, el nacimiento de la conciencia.
Todos sentimos la necesidad de ser reconocidos por los otros, hasta el santo o el artísta consagrado a su obra que, aparentemente, no necesitan de la aprobación de los otros. Aún en la soledad, aún en la misantropía, necesitamos a los otros para existir, aunque el misántropo lo manifiesta como odio al grupo, del que se aparta. Al mismo tiempo, la expresión de odio de los otros puede constituir, constituye de hecho, un reconocimiento de mi existencia. El ser humano es social, no puede prescindir de los otros porque es incompleto en sí mismo, ni siquiera es capaz de percibirse en su totalidad sin la mirada del otro. Todorov rehace una cita célebre para ratificar su tesis y apunta "Me miran luego existo".
Solicitar la mirada del otro no es un acto moral, puesto que el ser humano no puede elegir, es social constitutivamente, necesitar del concurso del otro es un fenómeno extramoral. La vida en común es, pues, inevitable, pero quizá esa vida en común está amenazada no por el aislamiento, porque este es imposible, sino por ciertas formas de comunicación empobrecedoras o alienantes y por la representación de nuestra "incompletud" que nos hace vivir como una tragedia lo que es innato a la condición humana.
Este texto, del autor al que admiro tanto, no me ha resultado tan accesible como los dos anteriores de la misma autoría, que cito en este blog, pero lo achaco a mi deficiencia en filosofía. Y quizá a una no disimulada admiración del autor con las distintas derivaciones del psicoanálisis y en particular por Freud.
El tema que aborda resulta apasionante, y ya en este blog se ha dado cuenta de un libro que aborda la misma cuestión, se trata de "Soledad" de Storr, cuya lectura no llegué a completar. Y es que deduzco que, aunque el tema me atrae, parece repelerme casi a partes iguales, aunque en esta ocasión ha podido la seducción de la palabra de Todorov.
La vida en común.
Ensayo de antropología general,
Tzvetan Todorov,
Taurus,
Madrid, 2008

2 comentarios:

  1. lo leeré concha, no había oido hablar de él, tiene muy buena pinta, te recomiendo si no lo has hecho que leas de Todorov "El miedo a los bárbaros"... impresionante. Muchos besitos

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  2. Sí, "El miedo a los bárbaros" está en este blog, me parece magnífico

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