¿Existen aún la izquierda y la derecha? es la pregunta de la que parte Bobbio, conocido politólogo italiano que se sitúa ideológicamente en la izquierda moderada. ¿Pero qué es la izquierda?, se pregunta Bobbio y todos -todos, se entiende, los que aún no hemos renunciado al interés por la política- nos preguntamos con él. Y ¿qué es la derecha? quiere saber Bobbio, más allá del auge que ésta está disfrutando en los últimos años. Con un análisis concienzudo de los textos actuales al respecto, nos da una definición de derecha frente a izquierda, pues la díada -nos dice- existe y es, una en contraposición a la otra, dos formas de afrontar las necesidades de la sociedad. Sabemos que dentro de la derecha y de la izquierda existen los extremos, cuyo enemigo común es la democracia, serían el comunismo y el fascismo, cuyas prácticas sabemos en qué han derivado. Y existen los moderados, entre los que se sitúan los socialdemócratas y los conservadores. Si algo define a la izquierda, es la perseguida igualdad, a la que la derecha antepone la libertad, sin que esto signifique que uno y otro lado del tándem ideológico deseche ni la libertad en el caso de la izquierda ni la la igualdad en el de la derecha, pero sí cual es el predominante en cada uno de los lados políticos. Así mismo, podría hablarse de una derecha e izquierda autoritarias, y de una derecha e izquierda libertarias. Ser de derechas o de izquierdas no siempre ha significado lo mismo, bien es cierto que el término se acuña en el siglo XIX pero es desde la Revolución Francesa de la que parte tal distinción, en el XIX ya había una forma de ser de izquierdas, que era ser liberal, pues la izquierda se identificó desde sus inicios con el laicismo frente al conservadurismo impuesto por las religiones, la innovación frente a la tradición, la libertad frente a la autoridad, la igualdad frente a los privilegios de la herencia, la fraternidad -que hoy llamamos solidaridad- frente al individualismo rampante.
Quizá porque no siempre significó lo mismo ser de izquierdas, aunque sí hay unas líneas maestras en el pensamiento de izquierdas, es un término que la historia nos obliga a redefinir cada tanto, así, hoy en día en que la derecha muestra sus galas triunfales en la mayor parte de lo países más relevantes, es más necesario que nunca saber qué es ser de izquierdas, qué puede y debe aportar la izquierda en el panorama político actual, esta es la reflexión que apunta Bobbio y es la punta del iceberg de las reflexiones, opino, necesarias para alentar a una izquierda más en crisis que nunca, en un tablero político en el que las más lacerantes desigualdades están aflorando, más allá de los países subdesarrollados, en las propias sociedades opulentas que son administradas por una derecha cada vez más despreocupada de la igualdad y más aposentada en una libertad, que es sobre todo una libertad de capitales, cuyos réditos sólo benefician a unos pocos.
Mientras que otro mundo sea posible, y el rasgo político más emblemático de la izquierda es afirmar que sí, que es posible cambiar la obra humana ya que de la mano humana vino, la razón de ser de la izquierda es patente, ahora bien, tiene que redifinirse en un mundo que va cambiando a pasos agigantados, pero sobre todo tiene que creer en sí misma, porque la izquierda netamente europea ha dejado de creer en sus ideales y se limita desde hace décadas a ejercer un liberalismo ligth remedo de otros liberalismos feroces que son los que hoy campan sin recato.
Derecha e izquierda, Norberto Bobbio,
Punto de Lectura, Madrid, 2001
Leí este libro hace bastante más de diez años y me pareció en su momento muy interesante. Yo creo que decir tan alegremente que el comunismo es enemigo de la democracia es una simplificación que carece incluso de base histórica. Por un lado, habría que analizar qué entendemos por comunismo, ya que no es lo mismo el estalinismo (el sistema que al capitalismo -y a los propios estalinistas- les gusta identificar con "comunismo") en sus diversas variantes, que el trotskysmo (dentro, también, de sus, en este caso, infinitas variantes), que el comunismo que se reclama heredero de Rosa Luxemburgo o de Gramsci.
ResponderEliminarPor otro lado, en cualquier caso sí que el comunismo es enemigo de lo que conocemos como "democracia burguesa", que nos hace sufrir, entre otras cosas, un sistema electoral injusto, o que haya que aguantar un gobierno que pone en práctica un programa totalmente distinto al que se presentó y sospechosamente parecido al de quienes los van a suceder, o que permite que dos partidos se confabulen (o se unan en contubernio, más bien) para prohibir otros partidos y, de ese modo, alterar unas elecciones... En ese sentido, la democracia que promueve el comunismo (por ejemplo, Lenin en "El estado y la revolución"), sería más de tipo casi asambleario, participativo, y donde los candidatos electos representen en efecto a sus electores, pudiendo ser revocados cuando no cumplan sus cometidos.
Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Sigue siendo un blog muy interesante, Lectora voraz. Intentaré venir más a menudo.
16 de febrero de 2011 09:17
La derecha piensa que todos pueden acceder al bienestar por medio del trabajo y el esfuerzo. La izquierda por el contrario cree que no todos tienen la misma capacidad para superarse, ni cultural, ni siquiera capacidad para acceder a los mínimos decentes de supervivencia. La derecha dice, ahí te pudras, mientras la izquierda te echa una mano. Esto es la derecha y la izquierda en dos palabras.
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