La erótica del conocimiento

Hay una sensualidad en el libro como objeto. Desde niña te gusta abrir un libro nuevo, oler la tinta de sus páginas. Cada libro, además, tiene su olor propio, ninguno huele igual a otro, como la piel viva, transmite sensaciones. Los libros nuevos, su olor, te retrotraen a la infancia, al otoño de comienzo de curso. Un libro cerrado es siempre víspera de conocimiento, de emociones intensas. Abrirlos es poner los brazos, las piernas, en cruz, el ser presto para el abrazo y la entrega.

viernes, 5 de junio de 2009

La seducción de las palabras



Bajo este más que sugerente título podemos encontrar un estudio sobre las trampas del lenguaje en la vida cotidiana. Desde el enamorado que pretende envolver con un bello lazo verbal su amor como un presente hasta el político que escamotea con palabras grandilocuentes -a menudo inventadas para la ocasión- las cifras que no le son favorables, todos dibujamos la realidad con las palabras que empleamos y a menudo esas palabras nos llevan por vericuetos insospechados. Todos nos reconocemos en las grandes palabras heredadas de nuestros ancestros, hacemos desaparecer o denigramos a quienes nos disgustan o contra quienes tenemos acendrados prejuicios. El autor nos conduce por los distintos usos -y hasta abusos- del lenguaje para hablarnos de cómo las palabras seducen y conmueven, desprecian o ensalzan. Además de hacer un recorrido por el lenguaje común, nos lleva -sobre todo- por los lenguajes que predominan en nuestra sociedad, como son el lenguaje de la publicidad, el lenguaje periodístico, el lenguaje del poder al que la propaganda asiste con las palabras más huecas o las más grandilocuentes.

Nos habla del uso sexista del lenguaje, de los términos políticamente correctos, del poder de las palabras y de las palabras del poder.

Este libro es imprescindible en nuestra biblioteca personal, porque nos enseña, nos conduce y al mismo tiempo nos deleita. Todo un lujo de seducción el de Alex Grijelmo y sus palabras certeras.

La seducción de las palabras, Álex Grijelmo, Taurus,Madrid, 2004

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