La erótica del conocimiento

Hay una sensualidad en el libro como objeto. Desde niña te gusta abrir un libro nuevo, oler la tinta de sus páginas. Cada libro, además, tiene su olor propio, ninguno huele igual a otro, como la piel viva, transmite sensaciones. Los libros nuevos, su olor, te retrotraen a la infancia, al otoño de comienzo de curso. Un libro cerrado es siempre víspera de conocimiento, de emociones intensas. Abrirlos es poner los brazos, las piernas, en cruz, el ser presto para el abrazo y la entrega.

viernes, 15 de mayo de 2009

Yo y tú, objetos de lujo


El personismo: la primera revolución cultural del siglo XXI. En este ensayo, el autor distingue entre tres etapas del capitalismo, a la primera, el capitalismo de producción, le sucedería el capitalismo de consumo, que se originó a mediados del siglo XX y que está dando lugar en nuestros días a un incipiente capitalismo de ficción. Una etapa caracterizada por el auge de las pantallas frente al culto a los libros que caracterizó a los jóvenes de mediados de siglo. Las nuevas tecnologías aplicadas a los mass media, ha dado lugar no sólo a un tipo de publicidad que ya no pretende resaltar las cualidades del producto que desea vender sino que recrea un mundo de sensaciones en el que envuelve al sujeto y le hace ver deseable el objeto en una interacción tal que sujeto y objeto son indistinguibles, y esta indistinción lleva al autor a acuñar el neologismo "sobjeto". La marca, más que el objeto en sí, supone un rasgo de identidad de quienes la ostentan. "Consumir ha llegado a ser hoy no solamente la manera de responder a una neurosis sino un lenguaje para darse a conocer, autoconocerse, conectarse, mantener conversaciones, comparaciones, aglomeraciones, identidad. En un mundo donde los medios de comunicación son omnipresentes, desbordantes y propicios, el anonimato se lleva mal y los vecinos buscan ser reconocidos por otros para verse existir"
En esta nueva sociedad constituida por redes interconectadas el individualismo ha dejado de tener sentido, surge en su lugar el personismo, que pretende recuperar la imagen de lo personal, lo humano, en la sociedad. Los lazos que nos unen a los otros son menos fuertes que en el pasado, pero gracias a las redes podemos establecer contacto con un número mucho mayor de personas, y, también, convocar un número potencialmente muy alto de personas en la lucha por una reivindicación en concreto, son paradigmáticas las concurridas manifestaciones contra la guerra de Irak o las que un hecho consternador como un atentado terrorista son capaces de congregar y que no resultan ser uniones permanentes con objetivos más allá del que expresan en ese momento por esa cuestión, que se disuelven una vez dejado constancia de la protesta hasta que otra circunstancia vuelva a requerir una reivindicación multitudinaria. El desvanecimiento de las ideologías ha dado paso generalizado a un altermundismo, las críticas al Fondo Monetario Internacional, las campañas para erradicar el hambre en el mundo, las acciones combinadas de las ongs, son las señas de identidad de un personismo que interacciona en un mundo complejo y cambiante y que se vuelve a su vez complejo y cambiante.

Yo y tú, objetos de lujo
El personismo: la primera revolución cultural del siglo XXI
Vicente Verdú,
Debate,
Barcelona, 2005